sábado, 6 de diciembre de 2014

VENEZUELA, ¿ENCAMINADA A UNA EDUCACIÓN PARA EL FUTURO?

Si partimos del constructo que educar es  la fuerza del futuro, como instrumento poderoso para generar el cambio que se quiere realizar en un País, el actual sistema educativo venezolano, se rige hacia  la premisa de una concepción humanista del proceso enseñanza aprendizaje, bajo este concepto, vale la pena compararlo, con lo planteado por uno de los propulsores del pensamiento complejo como lo es el sociólogo Edgar Morín, en relación a lo que exige una educación para el siglo XXI.
Revisando la disertación sobre “Los Siete Saberes Necesarios para una Educación del Futuro”, aunque el recalca aspectos básicos como el conocimiento pertinente, a través del cual se puede resolver las situaciones que sobrevienen en cada aspecto de la vida y construir puentes hacia otras disciplinas conexas,  que le permitan al individuo responder, solucionar y trasformar su entorno de manera positiva, tanto de manera individual como de manera colectiva; La educación del futuro debe considerar  saberes que son normalmente ignorados en la educación actual, la ética del género humano, enmarcado hacia el respeto mutuo y de mis congéneres como pares que somos,  a pesar de las diferencias de tipo particular o como integrante de una minoría, ya que todos estamos en convivencia en este mismo planeta y por lo tanto interrelacionados entre sí, a través de la solidaridad y la igualdad, lo cual lleva a describir la identidad terrenal, nuestra madre es la tierra y debemos buscar el equilibrio entre producción, depredación y cohabitación, debemos educar que compartimos la misma residencia terrenal, recordando que somos sociedades que no vivimos aislados, lo cual nos garantizará la supervivencia y la conservación de los recursos necesarios para las futuras generaciones.
En relación a saber enfrentar las incertidumbres, debemos generar una actitud investigativa, de pensamiento inacabado, siempre a la expectativa de lo que pueda parecer inesperado, o de inestabilidad, lo cual nos permitirá responder de manera asertiva, ante las vicisitudes del ritmo acelerado de nuestra vida actual.  Uno de los aspectos a resaltar es enseñar la comprensión mutua, ya que debemos cambiar hacia una cultura de paz, donde todos tengamos los mismos derechos, podamos disfrutar de los mismos espacios, con la libertad de gozar de los mismos beneficios, sin sesgos de ningún tipo, sin exclusión basada en alguna razón política, religiosa, social o personal. En la comprensión al otro se afianzan valores de confraternidad y solidaridad que propenden a lograr sembrar el perdón, la justicia, el amor y la verdad, que son las bases para la paz.
Si bien es cierto ese análisis sociológico de lo necesario para una educación para el futuro, aun cuando su autor no define en forma precisa como operacionalizar tales conceptos, con la finalidad de plasmarlos  objetivamente en un plan educativo, o tal vez no se logra la síntesis efectiva por tratarse de un pensamiento complejo, nos hace reflexionar que es muy fácil teorizar sobre el hecho educativo y que para lograr metas a corto o largo plazo que nos permitan obtener los frutos de la reforma educativa planteada en este nuevo currículo bolivariano, se debe analizar nuestra realidad nacional con las premisas de incluir a todos los estratos sociales, la incursión de una educación de calidad,  con un presupuesto adecuado y suficiente para llegar a la verdadera transformación educativa que todos esperamos y lograr  superar el analfabetismo funcional que se extiende de manera insidiosa sobre nuestros centros educativos. Debemos despertar y tomar las oportunidades que el futuro nos depara,…”Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbre a través de archipiélagos de certeza…” pero para ello debemos  estar preparados y formados para saber distinguirlas y aprovecharlas oportunidades. ¡El  futuro nos espera¡ Debemos abrirnos a nuevas ideas, en conjunto, y no aferrarnos a creer ciegamente en las ideas aceptadas o antiguas.

Realizado por: Solange Mendoza, Ana García, Rebeca Sotillo, Raúl Tapia, Milay Salazar y Nelly Chirinos.